Según el último proyecto del Ministerio de Salud, los inhibidores de la bomba de protones (IPP) estarán disponibles en las tiendas y estaciones de servicio.
Hasta ahora, estos medicamentos estaban disponibles solo en la farmacia. Previamente redactados con la receta de un médico, han estado disponibles para la venta durante algunos años. ¿Es una buena idea y segura ampliar el acceso a estas sustancias fuera de la farmacia?
Inhibidores de la bomba de protones
El IPP tiene un mecanismo de acción interesante. Se absorben en el intestino delgado para llegar finalmente a las células parietales del estómago. Allí, inhiben irreversiblemente la enzima responsable de la última fase de producción de ácido clorhídrico (bomba de protones H+/ K+ ATPase). El efecto de estos medicamentos es reducir la secreción de ácido en el estómago, tanto en reposo como estimulado. Los inhibidores de la bomba de protones se utilizan en el tratamiento de la úlcera gástrica, úlcera duodenal, síndrome de Zollinger-Ellison, ulceración esofágica como resultado de la excreción nutricional. También se usan profilácticamente como una "cubierta" en el tratamiento de fármacos antiinflamatorios no esteroideos.
Pros para el paciente
La disponibilidad de medicamentos del grupo IPP en ventas no farmacéuticas será beneficiosa para los pacientes que conocen estas sustancias medicinales. Su acción es efectiva en el tratamiento de la acidez estomacal cuando se toma durante dos semanas. Esto puede ser más fácil, por ejemplo, durante las vacaciones, cuando muchos platos son pesados en el estómago y causan síntomas de reflujo no deseados. También en el caso de los analgésicos autocurables más largos, el acceso a la sustancia protectora será beneficioso para las personas con estomago sensible.
Acceso consistente a IPP fuera de la farmacia
Los IPP como cualquier droga tienen sus efectos secundarios. Usados sin control médico, especialmente por personas que luchan con, por ejemplo, enfermedades cardiovasculares subyacentes, pueden dañar al paciente a través de interacciones. El omeprazol, por ejemplo, aumenta la vida media de, entre otros, la warfarina. También puede inhibir la absorción de digoxina. Esto es particularmente peligroso cuando los pacientes cardíacos ancianos toman el medicamento sin control. Otro problema es enmascarar los síntomas. Algo que puede parecer ardor de estómago común puede ser un síntoma no específico de otras enfermedades graves del tracto digestivo. Por lo tanto, la ingesta de sustancias del grupo IPP retrasará la llegada del paciente al médico y hará el diagnóstico correcto y comenzará la terapia adecuada.
Cambio desfavorable
En mi opinión, permitir medicamentos del grupo IPP para ventas no farmacéuticas no es un cambio favorable. No son medicamentos para uso inmediato y de corto plazo, y este debería ser el criterio principal de los medicamentos que podemos comprar fuera de la farmacia. Otro aspecto es el aspecto financiero en sí mismo. El tratamiento prescrito por el médico será menos oneroso para el bolsillo del paciente que el uso de estos medicamentos en el autotratamiento. En la farmacia, siempre es posible aconsejar y preguntar sobre el paciente. Puede ocurrir que una persona no necesite usar estas sustancias medicinales en absoluto. Sin embargo, comprar en una tienda o en una estación de servicio no lo descubrirá porque no habrá personal profesional que proporcione dicha información.